CDA

Consistió en la integración de la casa principal con el parque de 8 hectáreas de una chacra ubicada en Carmen de Areco. La intención fue deconstruir los limites del lote, integrándolos con cercos de arbusto y montes bajos. A su vez, del lado oeste, encontrar una escala intermedia entre la línea de álamos y la pradera, como escena del atardecer; desdibujando esa línea mediante la plantación de arboles de porte mediano dando una sensación de bosque. Unos arboles serían protagonistas: un ombú, inevitable asociación al espíritu del campo, un sauce que se refleje en la laguna y un cina-cina ejemplar en el cual se apoye la casona. Se privilegió conservar el ecosistema mediante el uso de plantas nativas para una mejor aclimatación y menor mantenimiento. Un área de césped corto rodea la casa y al alejarse se va transformando en praderas con senderos, que conducen hacia la pileta y un rincón de lectura. En un bajo se propuso una laguna, separada en dos partes: una con un muelle para uso recreativo y otro sector para animales.

Se diseñó un jardín de invierno dentro del área de frutales y huerta para aprovecharlo durante todas las épocas del año. Unas puertas vegetales permiten el acceso a la huerta creando un espacio atractivo para chicos y grandes, de modo tal que se organiza como un paseo con un sendero de piedras que la recorre.

Anteproyecto diseñado y ejecutado por Cécile de Wavrin / Bénédicte de Longcamp