Violeta de los Alpes – Hortipedia

¿Por qué a esta planta se la llama Violeta de los Alpes y cuáles son sus cuidados fundamentales?

Su nombre hace referencia a Los Alpes, una importante cadena de montañas situada en Europa Central. Es una planta muy apreciada, entre otras características, gracias a sus llamativas flores. Las mismas se hallan en diferentes gamas de blancos, rosados, rojos, violetas y hasta las hay combinadas. Las flores de la Violeta de los Alpes son un verdadero espectáculo, ya que la planta se cubre totalmente de ellas.

La temperatura óptima para esta planta es entre 15 y 20 grados centígrados y tiene una gran tolerancia al frío. La misma necesitará de mucha luz; no obstante, hay que tener presente que no le debe dar el sol de forma directa, ya que el calor de los rayos sobre las hojas y floras las harán deteriorarse. Es una planta que debe ser preservada del calor extremo.

La Violeta de los Alpes, requiere un sustrato rico en materia orgánica y un riego moderado. Esta planta asiática permanece en estado durmiente durante la estación cálida y seca, para luego brotar cuando comienzan los días más fríos y lluviosos. Es recomendable tener en cuenta las condiciones climáticas al momento de regarla. Como es una planta de bulbo, no hace falta regarla cuando el mismo está en estado de latencia, es decir inactivo. Tampoco su riego es de manera tradicional. En otoño e invierno se riega de manera tal que la tierra mantenga un nivel de humedad que le permita llevar adelante una muy buena floración. En primavera, en cambio, el riego se hace más esporádico y más cerca del bulbo; mientras que en verano se suspende completamente. Para regarla se deberá colocar la maceta en un plato con agua y esperar a que la planta la vaya absorbiendo, a medida que lo necesite.

Puede colocarse como planta de interior, pero, para que prospere, deberá contar con muy buena luz. La limpieza es otro factor importante para garantizarle a la violeta de los Alpes una vida más prolongada, es aconsejable quitarle las flores y hojas viejas, arrancándolas desde su punto de inserción en el bulbo.

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