Cuando se trata de plantas de interior fáciles de cuidar, hay una tropical que no podemos pasar por alto: la zamioculca (Zamioculcas zamiifolia), que en algunos países es también llamada planta de la fortuna.

  • La planta zamioculca debe su particular aspecto a su capacidad de acumular agua en sus hojas y tallos carnosos, que actúan como reserva en caso de sequía, por lo que es una planta suculenta.
  • Es una planta perenne, que en su hábitat original alcanza alturas de hasta 1 metro, aunque en maceta e interior acostumbra a mantenerse algo por debajo de esta altura.
  • La flor de la zamioculca tiene muy poco valor ornamental, ya que se trata de menudas inflorescencias de tono amarillo muy poco llamativas, así que es una especie apreciada principalmente como planta verde.
  • Sus hojas son tóxicas, por lo que conviene evitar que niños o mascotas puedan ingerirla por error.

Ubicación y luz para la zamioculca

Esta planta agradece encontrarse en zonas iluminadas, aunque no lo necesita tanto como otras plantas de interior. Si cuentas con alguna habitación bien iluminada, donde puedas ubicar tu zamioculca apartada de la incidencia directa de los rayos del sol, le estarás dando un buen aporte de luz que evitará que sus tallos se ahílen o decaigan.

En lo que respecta a la temperatura, al tratarse de una planta de interior se sobreentiende que no estará expuesta a condiciones extremas. En cualquier caso, la zamioculca se desarrolla bien en temperaturas por encima de los 15 ºC, así que procura no ubicarla en habitaciones donde la temperatura vaya a descender por debajo de ese valor.

Si la ubicas en exterior ten todo esto en cuenta y colócala en una zona de temperatura adecuada y en semisombra, es decir, cerca de la luz del sol pero no de forma directa.

Riego para la zamioculca

Es muy importante no regar esta planta en exceso ya que, como la mayoría de plantas con capacidad de retención de agua, un riego demasiado abundante puede provocar con facilidad la pudrición de las raíces.

Así pues, evita todo lo posible encharcar la planta al regarla, y asegúrate de ubicarla en una maceta con agujeros de drenaje. Deja que la tierra se seque entre los riegos, sobre todo si tu planta no está en una zona muy iluminada. En los meses fríos será necesario reducir aún más la frecuencia de riego. Si tienes dudas, es mejor que riegues poco, que en exceso.

 

Sustrato y abono para la zamioculca

Puesto que se trata de una planta que no tolera el exceso de humedad, es muy importante que su sustrato ofrezca un drenaje que funcione lo mejor posible. Prepara un lecho de arcilla expandida, grava gruesa o algún otro material parecido en la base del recipiente y luego usa un sustrato universal ligero y de buen drenaje. Aquí puedes aprender más sobre el sustrato adecuado para plantas que retienen bien el agua en sus tallos y hojas: Cómo hacer sustrato para cactus y suculentas.

 

Cuándo se trasplanta la zamioculca

Esta planta tiene unas raíces muy fuertes y de gran desarrollo, que no tardarán en ocupar todo el espacio disponible en la maceta si está creciendo de forma adecuada. Por esto, aproximadamente cada 2 años será necesario trasplantarla a un nuevo recipiente de mayor tamaño.

Es posible que las fuertes raíces de la planta lleguen a deformar las macetas o recipientes, obligándonos a romperlos con cuidado para poder extraerla y trasplantarla. Si ves que es el caso, trasplántala en la siguiente primavera.

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