• En primer lugar, tenemos que pensar qué es lo que queremos comunicar con nuestro regalo: ¿Queremos felicitar a alguien? ¿Decirle que lo queremos? ¿Demostrar presencia? Si te detienes a pensar qué es lo que querés demostrar con tu regalo, todo será más fácil. Les damos un ejemplo: en el mundo de la naturaleza las flores están cargadas de significados. Si elegimos la flor correcta podemos decir muchas cosas sin necesidad de las palabras.

En segundo lugar, hay distintos tipos de regalos entre los que debemos decidir. Puede ser un regalo arriesgado y aventurero como una actividad al aire libre, un viaje, una experiencia en paracaídas o una invitación a un evento, entre otros. O bien, podemos optar por un regalo tradicional que nunca pasa de moda, como un ramo de flores o alguna planta para decorar el hogar. Es importante conocer a la persona y sus gustos. Cuánto más pienses en ella y en las cosas que la hacen feliz, más posibilidad tendrás de acertar con tu regalo.

Y por último -no les voy a mentir- siempre está la salida fácil cuando no tenemos mucho tiempo ni ideas: ropa o dinero. Siempre están a la mano ¡Pero cuidado! Esta opción la guardamos para cuando hayamos descartado las otras dos. Lo importante es que siempre el regalo esté acompañado de un lindo mensaje, una dedicatoria con las palabras justas y sinceras de amistad y/o amor.